¡Se va la segunda!

La Presidenta volvió a hablar, intentando, esta vez, persuadir al campo para que liberen las rutas pero desde una posición diferente (¿o no?). En esta ocasión no se refirió a las 4x4 ni a la abundancia, esta vez habló mucho de historia y mucho de todo, y sólo recién cuando casi terminaba el discurso le pidió quienes cortan las rutas que por favor levanten la medida para poder dialogar.
¿Qué pasó entre el primer discurso y segundo?

Joaquín Morales Solá del DIARIO LA NACIÓN escribe: “Hizo una autocrítica del error mesiánico en la trayectoria del peronismo y dio por superado, felizmente, el antiguo antagonismo entre el peronismo y el antiperonismo. Pero ¿se puede hacer eso cuando Luis D Elía estaba sentado en un lugar privilegiado, en el palco, el mismo día en que éste promovió el odio entre los distintos sectores de la sociedad? ¿Se puede afirmar que se está dispuesto a escuchar todas las posiciones legítimas de la sociedad, como la Presidenta lo hizo ayer, al lado de quien resolvió a trompadas limpias en los últimos días sus diferencias con expresiones sociales pacíficas?” (Leer)

Ceferino Reato del DIARIO PERFIL: “La Presidenta hizo en Parque Norte un intento más bien módico. Más allá de su invitación, no abandonó para nada su estilo arrogante, esas inútiles chicanas, ese reflotar de las antinomias, esos calificativos irritantes ("señoras paquetas vecinas de donde yo vivo", en alusión a quienes respaldan la protesta en Buenos Aires; "bastaba verles las caras", se indignó a continuación).” (Leer)

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