El negocio de ser Michael Phelps

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La carrera de Michael Phelps para convertirse en oro también fuera de la piscina

NUEVA YORK.- Si la semana pasada no había ninguna persona más ocupada y feliz en Pekín que Michael Phelps, su agente, Peter Carlisle, tenía todas las posibilidades de ser la segunda. Mientras entraba y salía de reuniones el sábado, durante la víspera de la histórica octava medalla de oro que Phelps ganaría el domingo, el BlackBerry de Carlisle se inundaba de toda clase de propuestas con oportunidades de negocios. Algunas eran interesantes, otras, no tanto.

Un hombre de Nebraska se ofreció a esculpir una estatua del nadador. Pese a lo extraño que eso pudiera sonar, le llegó otra oferta similar desde China. De repente, había sobre la mesa varias propuestas para libros y películas sobre su vida. Incluso, le llegó una idea para lanzar su propia comida de mascotas, dado el conocido amor que Phelps profesa por su perro Herman. Y mucho más: muñecos, pinturas acrílicas, monedas conmemorativas y esmóquins. Algunos de los mensajes sólo eran para ofrecerle cosas, como toda la pizza que pudiera comer en un año, o servicios gratuitos de un dentista. La cantidad de esos mensajes empezó siendo discreta el primer día de los Juegos, recuerda Carlisle, pero empezó a crecer, hasta llegar a unos cincuenta al día, a medida de que Phelps acumulaba medallas de oro. Los dos partidos políticos de Estados Unidos han solicitado apariciones públicas con él ahora que se acercan sus convenciones.

"Llevo algún tiempo haciendo esto y no pensé que me fuera a sorprender mucho de lo que iba a pasar aquí", dice un director gerente de Octagon Inc. "Pero lo estoy."

Phelps, su agente y sus patrocinadores quieren sacar provecho económico de sus proezas atléticas para convertirlo en un icono internacional del deporte valorado en decenas de millones de dólares, igual que Michael Jordan o Tiger Woods.

"Espero con ansia poder sentarme, no moverme", dijo Phelps, de 23 años, cuando se le preguntó acerca de sus planes, justo después de su última carrera, en la que obtuvo otro récord mundial como integrante del equipo de relevos de 4x100. Probablemente, un deseo imposible.

El lapso de tiempo para promocionar a estrellas olímpicas, incluso un atleta en ascenso como Phelps, puede ser muy breve. Es muy probable que muchas de las nuevas legiones de sus seguidores no vuelvan a verlo en una piscina hasta 2012. Toda una eternidad para los anunciantes.

Primero, Phelps se pasará el resto de esta semana en Pekín participando en eventos de sus patrocinadores Omega Ltd., Hilton Hotels Corp. y Visa. Pero tan pronto como terminen estos Juegos el nadador empezará a promocionar los siguientes. El próximo domingo viajará a Londres, según una fuente familiarizada con su agenda. Allí, se reunirá durante varios días con los medios británicos. Luego viajará a Nueva York, donde participará en varios programas de televisión. De ahí, volará a San Francisco, donde tiene varios compromisos, incluyendo una fiesta en su honor organizada por Visa.

Incluso, si todo sale acorde con el plan en las próximas semanas y meses, pocos esperan que Phelps se acerque siquiera a los ingresos que cosecha el golfista Tiger Woods, quien, según cálculos, gana unos US$ 100 millones al año, incluyendo premios y patrocinios.

En comparación, Phelps ganó entre US$ 3 millones y US$ 5 millones anuales a través de sus patrocinios antes de los Juegos, una cifra generosa para una estrella de un deporte que raramente se transmite por televisión al margen de los Juegos. Ahora, esa cantidad podría más que duplicarse como resultado de sus triunfos en Pekín, dice Carlisle.

"¿Cuál es el valor de ocho oros en un horario de máxima audiencia en los Estados Unidos?", se preguntaba Carlisle desde el asiento trasero de una minivan Volkswagen. "Yo diría que unos US$ 100 millones en el curso de su vida."

Carlisle, que representa a Phelps desde 2002, señala que hace unos días esa cifra podía parecer un reto demasiado ambicioso. "Es un número agresivo lanzado por un agente agresivo", dice Paul Swangard, director gerente del Centro Warsaw de Marketing Deportivo de la Universidad de Oregon. "Pero ocho medallas también era un número agresivo."

Speedo, el fabricante de trajes de baño que patrocina a Phelps, le ofreció US$ 1 millón si ganaba siete medallas de oro. La compañía dice que las miles de camisetas de Phelps que puso a la venta por US$ 24,99 cada una se agotaron recientemente. Toda una proeza, teniendo en cuenta que los nadadores ni siquiera utilizan esta prenda.

Fuente: Christopher Rhoads - Wall Street Journal


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