A qué le temen los argentinos

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Cuáles son las fobias más comunes entre los argentinos

No hacen diferencias de género, pero las mujeres son las que más las padecen. Miedo al encierro, a los lugares abiertos, incluso al sexo: ¿cuál es el tuyo?

Aunque resulten curiosas o sorprendentes, son muy comunes. Una de cada veinte personas en el mundo las padece y las mujeres son las que más las sufren en relación con los hombres. Existen de diversos tipos y en una cantidad casi innumerable, pero: ¿cuáles son las fobias más comunes que padecemos los argentinos? Perfil.com consultó a tres especialistas de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) para poder profundizar sobre el tema.

Una fobia es un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. Si uno quiere clasificarlas, puede encolumnarlas detrás de las fobias sociales, fobias específicas y ansiedades generalizadas. Para conocer todas las que existen se puede visitar un diccionario online.

“La situación que se le torna fobígena al sujeto es peligrosa, pero ésta no tiene objetivamente una situación real de peligro, el temor es algo de la neurosis. Entonces, pensándolo desde el punto de vista de la neurosis, lo que se tiene comprobado desde el psicoanálisis es que hay un temor, una vivencia de peligro frente a un determinado personaje u objeto que es desplazado en el tiempo y en las circunstancias a otra situación”, explicó el psicoanalista Enrique Novelli.

Para el doctor Ricardo Rubinstein, psicoanalista, miembro de APA y director de Sportmind, “las fobias más características son la claustrofobia, la agorafobia y también las fobias sociales. En la primera, hay un miedo a quedarse encerrado, en la segunda existe un temor a los lugares abiertos y en las otras, el problema pasa por exponerse o hablar en público, entre otras cosas”.

El psicoanalista Federico Aberastury también consideró a la agorafobia como una de las más comunes. “Estas implican en general una especie de asentamiento del gatopardismo, del que no haya cambios. Inclusive, algunas veces cuando la persona está en situaciones extremas pueden darse estados de pánico”, contó.

Novelli aseguró que también pueden ser frecuentes las fobias sexuales o aquellas en las que las personas tienen temor a situaciones que pueden resultarles beneficiosas. “Esta última es el miedo al triunfo. Si la persona triunfa, se ve enfrentada al peligro de que alguien puede estar envidiándola o puede sentir que desplaza a otro”, explicó.

En cuanto a las vinculadas con lo sexual, el licenciado afirmó que “tienen que ver con situaciones infantiles y que están ligadas al complejo de Edipo. Los temores que se pueden presentar son aquellos que están ligados más a la figura femenina, donde por ejemplo el genital de la mujer puede aparecer como una herida, como un algo que es peligroso. Existen fantasías muy arcaicas de que hay un peligro inminente en la penetración”.

“Hay un montón de otras situaciones que pueden aparecer en la vida cotidiana. Por ejemplo en nuestra sociedad, el temor a la inseguridad. Lo que ocurre es que se sobrecarga una situación de exigencia real del mundo externo con la carga instintiva que le agrega la fobia. A esa situación del afuera, el individuo le pone su carga derivada del conflicto interno y lo agiganta”, describió a Perfil.com el doctor Rubinstein.

Los tres especialistas coincidieron en que el problema de las fobias es la inhibición y la limitación en la vida cotidiana. “El fóbico que tiene miedo de que le pase algo en la calle, no sale de la puerta de su casa. No puede viajar y tiene a toda la familia cautiva a su alrededor. Tiene una limitación importante”, explicó el director de Sportmind.

Novelli, Aberastury y Rubinstein también se refirieron al ataque de pánico, muy mencionado en los últimos tiempos. Los psicoanalistas concuerdan en que no es una fobia y que en realidad debería denominarse como “crisis de angustia”, como lo hizo Sigmud Freud a principios del siglo XX. “La crisis de angustia puede declinar en el período de un mes o dos meses, aún sin tratamiento. Esto no quiere decir que no se vuelva a repetir”, manifestó Novelli.

Es importante tener en cuenta que las fobias no suelen desaparecer por sí solas y es recomendable buscar ayuda cuando uno cree tener un problema de este tipo. El psicoanálisis puede llegar a ser la mejor opción.

Fuente: Por Juan Ignacio Zaccagnino - Diario Perfil


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