En el caso del secuestro de Ingrid Betancourt, el matrimonio Kirchner siempre desconfió del presidente colombiano Álvaro Uribe, en cambio decidió jugar todas sus fichas al presidente venezolano Hugo Chávez. La nota de Joaquín Morales Solá del Diario La Nación cuenta cómo los hechos les han demostrado a Néstor y a Cristina que se equivocaron al dejarse llevar más por percepciones que por realidades.
“…Las imágenes de la televisión fueron incontrastables. Luego de la resolución pacífica de la controversia, la presidenta argentina le extendió una mano fría a Uribe cuando éste se acercó a ella para darle un beso…”
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