La editorial del Diario La Voz del Interior califica a la obsesión del Gobierno por el proyecto del tren bala tan grande como errónea. Un capricho faraónico que parece en realidad, obedecer más a intereses gremialistas que a los de un país con un sistema ferroviario destruido.
“...Una sociedad aislada por la destrucción de su sistema ferroviario, que redujo de 35.000 a 8.000 kilómetros la extensión de su red, y en deplorables condiciones de operatividad, a lo que suman el colapso de la aviación de cabotaje y una red vial que se transforma en un desafío al destino cuando se transita por ella. En este contexto, no hay justificativo razonable en invertir una enorme suma de dinero en un servicio de tren bala que solamente será utilizado por un sector muy reducido de la población...” (Leer)
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