Agresión 2.0

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La agresión por Internet no es “virtual”

Especialistas aseguran que el maltrato vía e-mail y mensajes de texto posee características que lo hacen más perturbador que una pelea cara a cara.

Aunque muchos no le den mayor trascendencia, el maltrato por correo electrónico o "ciberacoso" es una costumbre que se está generalizando. Todos los días, los medios dan cuenta de adolescentes que sufren por molestias o insultos recibidos en mensajes de texto o por la difusión de rumores o fotos trucadas colgadas de algún sitio. Pero no sólo los jóvenes se sienten hostigados, la vertiginosidad del medio electrónico permite que la agresión sea inmediata entre conocidos y aun entre los integrantes de la pareja.

Pareciera que todos se sienten más poderosos frente a una computadora. "
En la Web no existen los matices del cara a cara, falta lo visual y lo auditivo. Hay un déficit en la percepción del contorno, el entorno y el tono que puede ser aprovechada por una personalidad dominante que utiliza su poder, su capacidad para influir sobre otros para avasallar, despreciar, reprimir o intimidar", afirma la psicóloga Eva Corsini, del Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano de Buenos Aires.

Según la licenciada Corsini, "la gente cada vez más tácitamente acepta que le es más fácil decir ciertas cosas por mail". Y al no tener que dar la cara, "sienten que están escondidos y se animan a decir cosas ofensivas o a cortar una relación con un mensaje drástico o violento".

Desde un lugar virtual. Según los expertos, las nuevas formas de comunicación que facilita Internet sólo hacen visible una violencia ya latente.

No obstante, sostienen que en niños y adolescentes, pueden originar perturbaciones psicológicas más profundas que las que produce una pelea cara a cara. También coinciden en que no hay distinción de clase para esta nueva forma de agresión y que lo que más preocupa a los padres y maestros es que muchas veces, el fenómeno se mantenga en secreto. Así, no hay lugar para la sanción ni para la protección del elegido como blanco de las hostilidades.

Las famosas "cadenas". Más allá de las agresiones entre los jóvenes, entre los adultos, la situación se observa tanto entre conocidos, como entre los integrantes de una pareja. La moda de querer compartir documentos con amigos sin pensar si los otros están dispuestos a recibirlos, si tienen los programas para bajarlos y poder disfrutarlos o poseen tiempo disponible, en algunos casos, termina siendo un paquete pesado. "Además, el hecho de que te digan que si no los reenvías, vas a tener mala suerte en otra cosa parecida, tiene una connotación amenazante", dice Corsini.

Otra forma de maltrato sutil es mandar toda la información exclusivamente por correo electrónico. "Por ejemplo, invitar a alguien a una reunión, sin mediar un llamado telefónico, puede dar lugar a que esa persona quede excluida por no haber abierto su casilla a tiempo", afirma Corsini.

Poniendo los puntos. Con su larga trayectoria en terapia de parejas, la entrevistada conoce muchas situaciones de destrato en las relaciones afectivas. "Muchas veces, por una baja autoestima, la interpretación de los mensajes genera confusión y reproches. Por ejemplo: un simple mensaje de texto que invita a resolver un problema, como retirar un mueble, pintar una silla, cambiar de lugar una mesa, puede ser vivido como una provocación que genera una respuesta cargada de ira que dificulta la interacción con el otro", afirma Corsini.

Trapitos de pareja en Red. También hay cortocircuitos entre los que tuvieron una relación afectiva en el pasado.

"El amor termina con una desilusión prolongada o repetida y con el cansancio de la inutilidad", afirma Corsini. No obstante, reconoce que con las nuevas tecnologías, es común que ex amantes estén incluidos en esos listados destinados a recibir saludos de rigor para el día del amigo o para las fiestas. "A veces, se trata de manipuladores que se contactan cuando se les ocurre -sostiene Corsini-. En ese caso, conviene dejarlos pasar."

En los casos en que sólo perdura el afecto, no hay agresión, a menos de que el que lo reciba haya quedado emocionalmente vinculado y lo sienta así. "En ese caso, quizás le moleste ser tratado como amigo o amiga", reconoce Corsini.

"Ojo" cuando no se ve. La violencia en las relaciones personales puede generar un círculo vicioso. "La represalia es contraproducente. Por eso es conveniente conocer técnicas para controlar la hostilidad propia o de la pareja", considera la entrevistada.

Antes de empezar a enojarse, por lo tanto, habría que preguntarse: "¿Mi interpretación se basa en una apreciación objetiva del mensaje, o sólo se basa en el significado que le atribuyo?"

"Hay que evitar una escalada de violencia -aconseja la psicóloga, coordinadora de un taller titulado "Las cosas de la vida juzgadas a través del psicodrama"-. No hay que dejarse atrapar por un intercambio de ataques, acusaciones y contraacusaciones. Muchos episodios enojosos o violentos consisten en que una persona trastornada por un problema, culpa al otro; y éste reacciona a la acusación en lugar de enfrentar, aclarar y solucionar el problema."

Si bien en este tipo de comunicación falta lo visual, la entrevistada sostiene que "hay que tener ojo", en el sentido de "aptitud para apreciar las circunstancias". Y recomienda mantener en las palabras del diálogo virtual, una postura firme, que no sea ni sumisa ni hostil.

"A veces, es necesario permanecer en silencio por un tiempo, retirarse de un chat, no contestar un mail y distraerse para disipar la agresión y evitar el enojo", reconoce la psicóloga.

Fuente: Cristina Gozzi - Diario La Voz del Interior

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